Dos rosas, dos claveles ¡qué más da!
Lo importante es que el germen ha brotado,
que el milagro, por fin, se ha realizado
y que un sueño se ha hecho realidad.
Y es que el amor, lo sabes, es capaz
de romper las angustias del pasado
y crear un futuro iluminado
por dos soles que empiezan a brillar.
Dos soles como son esos tus ojos
que reflejan felices la alegría,
olvidados de penas y de enojos.
Dos ojos que se abren cada día
mirando que, donde antes había abrojos,
hoy florece un vergel de lozanía.
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